NEUROPSICOLOGÍA DE LA ADQUISICIÓN DE LA LECTOESCRITURA

Desde los inicios el ser humano ha requerido establecer un sistema de comunicación para contar a otros su experiencia. Esta necesidad causó la aparición de los primeros gruñidos, expresiones, vocablos y gestos (en los primeros seres humanos, el aparato fonoarticulatorio no contaba con el desarrollo que tiene el humano actual).

Durante el Paleolítico, con la aparición del hombre Cro Magnon, surge la Era del habla y el lenguaje. En este periodo, el humano comenzó a compartir sus experiencias mediante dibujos de situaciones cotidianas (lo que hoy conocemos como Arte Rupestre).

Los siguientes vestigios sobre la evolución del lenguaje se encuentran en los jeroglifos pictóricos de los antiguos sumerios, que más tarde se convertirían en su lengua y escritura cuneiforme.

Dentro de la historia de la humanidad, tuvieron que pasar siglos para consolidar los primeros lenguajes escritos. A nivel personal, con la adquisición de la lectoescritura, ocurre algo similar, ya que, primero se requiere consolidar el lenguaje oral para luego aprender a leerlo y escribirlo. Nuestros cerebros nacen con la capacidad natural para comprender y producir el lenguaje oral, pero necesita reentrenar sus circuitos neuronales para soportar la lectoescritura.

PERSPECTIVA NEUROANATÓMICA DE LA ADQUISICIÓN DE LA LECTO-ESCRITURA

La configuración biológica de nuestros cerebros (la misma que compartimos con otras especies), no fue diseñada para escribir y leer, sin embargo, nos provee condiciones necesarias para adquirir estos aprendizajes, estas son:

• La capacidad de percibir estímulos visuales y auditivos (áreas temporales del cerebro).
• La capacidad de integrar canales sensoriales.

El cerebro humano tiene definidas las zonas destinadas a la percepción visual y auditiva. Cuando nacemos estas zonas están subdivididas en distintos grupos de neuronas, y se activan frente a características específicas de los estímulos visuales o auditivos que se reciben. Por ejemplo, con las zonas de percepción visual (áreas occipitotemporales), al ver una casa, un grupo de neuronas se activa para identificar las líneas verticales, mientras el otro grupo se activa para ver las líneas horizontales.

Lo mismo ocurre con las zonas de percepción auditiva (Lóbulo Temporal), donde hay neuronas que se activan únicamente al escuchar tonos altos, y el otro grupo de neuronas se activa solo con los tonos bajos.

El cerebro enlaza estos conjuntos de neuronas para comprender el estimulo en su totalidad y en sus partes.

Estas propiedades posibilitan aprender a dominar las cuatro rutas de procesamiento para la Lectoescritura. Estas son:

• Fonológica
• Semántica
• Ortográfica
• Gramatical

RUTAS DE LA LECTOESCRITURA

Dentro del aprendizaje de la Lectoescritura, se presentan cuatro tipos de procesamientos cerebrales, cada uno con su respectiva función. Estos son:

Ruta fonológica: Su función es identificar los sonidos individuales y silábicos que conforman las palabras. Se consolida por la vía auditiva con la exposición temprana al lenguaje.

La edad promedio en que se espera que el niño o la niña haya consolidado todos los fonemas correspondientes a su idioma es a los cinco años. Una vez que esto haya ocurrido, está listo para comenzar con la lecto-escritura.

Ruta gramatical: Permite comprender la organización de palabras en una oración y captar su sentido. A medida que crece, el niño o la niña incorpora más palabras y preposiciones que le dan la forma correcta para expresarse y consolidar esta ruta. La edad promedio se observa esta consolidación es alrededor de los tres años.

Ruta ortográfica: Memorizar la forma escrita de las palabras.

Ruta semántica: Significado de las palabras. Se va consolidando paralelamente en medida que el niño o la niña observa que los objetos tienen un nombre y representación. A medida que la palabra se repite, el niño o la niña genera una representación mental del objeto y el significado.