Diversidad en el Aula: Un Desafío Ético, No un Obstáculo

El derecho a la educación es un derecho humano, habilitante e irrenunciable.

Ser un/a educador/a inclusivo/a es un compromiso ético y humano con la infancia y la educación.
¿Cómo llegamos a pensar que la inclusión es un obstáculo?
La diversidad es una característica inherente a cualquier sociedad humana.
La excelencia no se logra excluyendo, sino aprendiendo a convivir y educar para todos y todas.
La inclusión no es una meta caritativa. Es un derecho humano fundamental.
El diagnóstico temprano de un niño o niña no puede ser visto como una barrera a su derecho de aprender, crecer y desarrollarse en igualdad de condiciones.
En mis años trabajando con infancias, incluyendo niños y niñas con distintos diagnósticos, veo el valor y el potencial tremendo que existe en cada uno/a de ellos/as, y también el esfuerzo silencioso y constante de las familias que hacen todo lo posible (y lo imposible) por garantizar una vida digna y feliz para sus hijos/as.
Como muchos/as educadores/as, a veces también me siento perdida y no sé cómo abordar ciertos desafíos, pero busco las herramientas, me capacito, me equivoco, aprendo…
Porque la inclusión es un camino que estamos transitando todos y todas de manera reciente. Desde la Declaración de Salamanca en 1994 y sus ecos en nuestra normativa, han pasado tan solo 20 años. Esto es poco tiempo si pensamos en los siglos de educación segregada que preceden… Y sí, hay muchos desafíos, pero también tenemos ante nosotros/as una posibilidad histórica de transformar el sistema educativo para que este sea realmente inclusivo, humano y justo… Repensar cómo estamos educando (nuestras prácticas y formación docente).
El derecho a la educación no es negociable, y la excelencia real solo puede construirse cuando todos y todas tienen un lugar, sin dejar a nadie atrás.
#educacioninfantil #educacioninclusiva #inclusion #educacionparatodos #educacion